La CGT de Burgos ante Garoña

RESOLUCION DEL PLENO DEL SINDICATO UNICO DE DE BURGOS DE LA CGT

Ante la finalización de la licencia de explotación de la central Nuclear de Garoña, decimos:

1º) El Sindicato Unico de Burgos federado a la CGT, mantiene sus criterios en contra de la energía nuclear en general y por el cierre de la C.N. de Garoña en particular, al margen de las actuales circunstancias. Los motivos que para mantener esta postura, son:
a) La energía nuclear es es patrimonio de unos cuantos científicos, políticos y multinacionales, representa en si misma una energía centralizada y burocrática. Cada modelo energético esconde una forma de sociedad, el caso de la energía nuclear: un estado tecnocrático, centralizado y policial.

b) Las instalaciones «pacíficas» de energía de fisión tienen su origen y su desarrollo, en la disposición de armamento nuclear. Recordamos que el programa nuclear español fue diseñado por el tardo-franquismo en su pesadilla por disponer de la bomba nuclear.

c) La energía nuclear tiene directa relación con el cambio climático, con el  modelo de producción, transporte y consumo energético de nuestra civilización, con la absurda esquilmación de recursos, con el genocidio de pueblos y culturas, con la deforestación y desaparición de especies,  etc. , La energía nuclear representa todo lo contrario a la eficiencia energética, a la conservación y racionalización de los usos de energía, a la apuesta por las energías renovables, al imprescindible, vital y profundo cambio en el modelo de producción y consumo imperante.

d) La energía nuclear hace rehenes a los trabajadores que emplea, a sus familias y a las comarcas donde se instalan. Utilizándoles como chantaje, cuando se exige su cierre por su ineficacia, peligrosidad e inviabilidad.

f) Un accidente fortuito o provocado, fallo técnico o humano, sabotaje o terrorismo, en una central nuclear, fábrica de reciclaje, almacenamiento de residuos etc. puede significar una inmensa tragedia por generaciones, al menos donde se encuentre emplazada. Continuándose sin analizar ni clarificar la potencial gravedad de las bajas dosis de radiactividad. A ello hay que añadir la constancia del secretismo y sistemática ocultación de incidentes y accidentes nucleares (Winscale, Txoruga, Harrisburg, Chernobil: oficialmente sólo 45 muertos.). Es el estilo del lobby nuclear. No es casualidad que las Centrales Nucleares no puedan ser aseguradas.

g) La energía nuclear no es rentable ni con los actuales parámetros capitalistas: ni se ha resuelto el grave problema de los residuos radioactivos, los crecientes costes ocultos de la energía de fisión siguen ausentes en la factura del Kw nuclear (desmantelamiento, seguridad civil y militar en el entorno de las centrales nucleares, subvenciones militares-civiles...). Siendo una de las razones de la práctica paralización de esta alternativa sus costes crecientes, necesitando fuertes subsidios públicos (que pagamos todos) de forma continua para poder existir.

Estos motivos se concretan en el caso de la central de Garona en los siguientes argumentos:

a) Garoña fue diseñada en cuanto a seguridad y viabilidad para 40 años; una vez transcurridos, su destino es el desmantelamiento. Tras sus graves problemas de agrietamiento por corrosión que afectan a diversos componentes de la vasija del reactor (el barrilete, las penetraciones de las barras de control) y del resto del circuito primario, problema que no tiene solución y que empeora inexorablemente con el tiempo, como reconoció el propio Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) ante el Congreso de los Diputados. Solo las presiones de Iberdola y Endesa, hacen entender que una central amortizada hace años, ponga en riesgo la seguridad de los millones de habitantes de su entorno; Vizcaya, Cantabria, Álava, Burgos, La Rioja y las riberas Ebro, desde el Valle de Tobalina  hasta Tortosa.

b) El Consejo de Seguridad Nuclear no es fiable y representa al lobby nuclear: tras exigir el CSN en la última prorroga la renovación del cableado eléctrico y la mejora de la ventilación de emergencia en el edificio de contención, Nuclenor ha hecho caso omiso, sin ninguna consecuencia legal. Solo por estos incumplimientos el CSN debería haber informado negativamente la solicitud de prórroga de Nuclenor.

c) La aportación al sistema eléctrico de la central nuclear de Garoña es perfectamente prescindible, los MW de Garoña ya se han compensado en más de 3 veces sólo con la potencia eólica instalada en Castilla y León, estando en construcción además casi el doble. En España existe un excedente de potencia eléctrica instalada de más de 48 veces lo que produce Garoña.

d) Es inmoral instrumentalizar a los trabajadores, cuando la mera existencia de la central nuclear de Garoña ha provocado en la zona donde se instala la central un desierto económico, impidiendo un verdadero desarrollo sostenible en la zona, generador de puestos de trabajo seguros y de calidad. La alternativa pasa por la puesta en marcha de un plan social y económico que mantenga todos los puestos de trabajo, tanto directos como indirectos e inducidos, con una responsabilidad financiera directa de Nuclenor y de las empresas eléctricas propietarias (Iberdrola y Endesa) beneficiadas durante décadas.

Defender la continuidad de la central de Garoña es un dramático sarcasmo, científicamente insostenible, además de ética y políticamente impresentable.