Pese al «matonismo» empresarial y «sindical»: CGT se presenta en Michelín-Aranda
Pese a los permanentes obstáculos por parte de la Mesa General, activo agente al servicio de los intereses de la empresa y las castas sindicales, la Sección Sindical de CGT en Michelín ha presentado candidatura para las Elecciones Sindicales que se van a celebrar los días 15, 16 y 17 de noviembre. De sobra es conocido que CGT tiene como principio la defensa de los derechos de los trabajadores, no sometiéndose, a diferencia de los otros sindicatos en la empresa, a los dictados de la dirección cuyos intereses se centran exclusivamente en la competitividad y en la flexibilidad.
La Sección Sindical de CGT se ha visto en la necesidad de exigir a la empresa, en más de una ocasión, <<Que nuestros delegados sindicales sean
respetados como se hace con los delegados de otras secciones sindicales,
y se les deje realizar sus funciones de representación de los trabajadores según establecen los textos legales, entre otros la Ley Orgánica de Libertad Sindical y el Convenio Colectivo Intercentros>>. No solo esto sino que para conseguir la información y la documentación contempladas en el Convenio Colectivo, tuvo que acudir al Juzgado de lo Social de Burgos donde, por medio del juicio y la correspondiente sentencia, obtuvo un fallo favorable, en el que, entre otras cosas, condenaba a la empresa <<al cese inmediato de su comportamiento antisindical>>.
No es la primera vez que CGT se presenta a las Elecciones Sindicales en Michelín Aranda. Así en 2006; sin embargo, en un plazo inferior a las 24 horas de presentar la candidatura, la mesa electoral recibió algunas renuncias de candidatos que fueron presionados por la empresa. En el Laudo referente al proceso electoral, quedaba patente que un jefe de equipo había preguntado a uno de los candidatos <<si pertenecía a la CGT>> para, una vez que su candidatura fue pública, decirle <<que se estaba jugando su puesto de trabajo>>. Esto va en contra de los derechos fundamentales que tienen los trabajadores. En esa ocasión, el voto nulo propugnado por la CGT, como medida de protesta, supuso el equivalente a la obtención de 3 representantes.
Esperamos que en las próximas Elecciones Sindicales de noviembre 2010, la multinacional del neumático, representada por la dirección y los mandos jerárquicos, deje en paz y en libertad, a los trabajadores que se
han propuesto la noble tarea de representar a sus compañeros y trabajar para configurar unas condiciones de trabajo decentes.
De nuevo, como hace cuatro años, hemos de sacar a la luz las presiones que están sufriendo los compañeros de CGT en Aranda de Duero, por el simple hecho de presentar candidatura para las próximas elecciones sindicales en Michelín. Como en las pasadas elecciones de 2006, representantes de la empresa están obstaculizando y amedrentando a las personas que integran la lista de CGT, con la clara intención de que este sindicato no tenga posibilidad de entrar en el comité de Aranda de Duero.
Evidentemente el interés de la multinacional francesa de que CGT no este presente en esa factoría es notorio, somos un sindicato molesto por la acción sindical y defensa de los derechos que realizamos. Están acostumbrados a otro tipo de movimiento sindical, al del clientelismo, el pactismo y la negociación por interés propio. Y claro, que vengan ahora estos chicos de CGT les pone nerviosos.
Añadir a esto, que la entrada de CGT en la fábrica de Aranda, sumada a las fuerzas de Valladolid y Vitoria posiblemente tambalearía la relación de fuerzas en el comité intercentros, que es donde se corta el bacalao, y haría más complicado el mercantilismo y el mamoneo reinante.
El caso de Aranda no es nuevo, los integrantes de la primera lista de Valladolid en el año 2002 sufrieron idéntica presión, y sólo la convicción de unos cuantos, sumado a que la prensa se hizo eco de tales presiones, hicieron posible que finalmente la lista se mantuviese.
CGT no se va a callar, no va aguantar más presiones y desde aquí anuncia que actuará frente a todo aquel que obstaculice nuestra labor sindical.
Con los derechos de los trabajadores no se juega.