La vergüenza de la cofinanciación europea
Nos encontramos en plena implantación de la LOMCE, una ley que hemos venido denunciando por diferentes motivos. Ahora profundizaremos en uno más: la financiación. Aunque no con estas mismas palabras, el propio ministro Wert tuvo que reconocer en su día que la memoria económica de la LOMCE era tan mala que para su adecuada financiación tendrían que echar mano de los fondos sociales europeos. Estos fondos, no está mal que lo recordemos, no proceden del aire, sino de los impuestos pagados por toda la ciudadanía europea, también la española.
De momento sabemos que parte de estos fondos europeos han ido a parar a la financiación de la FP Básica, que lo único que ha demostrado, a parte de su inutilidad formativa, es su eficacia segregadora. Ahora habrán de recurrir de nuevo a estos fondos sociales europeos para financiar el doble itinerario, también segregador, de las matemáticas en 3º de ESO (y en 4º el próximo curso) . Pero esta financiación viene acompañada de una serie de obligaciones que a CGT nos parecen aberrantes y que tenemos que denunciar.
Para empezar los centros tienen que hacer un desembolso económico importante para dar publicidad a esta financiación europea: tienen la obligación de “integrar o incluir” en todos los documentos que se generen durante la impartición de estas enseñanzas una serie de logos que hagan referencia a la UE. Asimismo, esta información tiene que incluirse en la cartelería de cada centro educativo y el pago de todo ello correrá a cargo de los propios centros. Mientras tanto, esos fondos serán pagados no a los institutos sino a la Consejería y todo apunta a que no revertirán a los centros. Conclusión: un dinero, que sale de nuestros bolsillos y que supuestamente debería ser empleado en educación, acaba despilfarrándose en hacer propaganda a unas instituciones responsables de los recortes en servicios públicos y derechos laborales. Y todo ello en un momento en el que cada centro educativo, como consecuencia de dichos recortes, cuenta con un presupuesto un 38% inferior al de hace cuatro años.
Por otra parte, solo serán financiadas las clases de matemáticas efectivamente impartidas. Es decir, que si una clase de estas no se imparte por el motivo que sea (huelga de estudiantes, razones meteorológicas, enfermedad de un docente o realización a una actividad extraescolar con otro grupo) no tendrá financiación europea.
Pero aún hay más. Como consecuencia de la precipitación con que se está implantando las LOMCE, para 3º de ESO todo esto se encuentra en fase de borrador y sin embargo las enseñanzas ya se están impartiendo. ¿Qué va a hacer ahora la Administración para que Europa le otorgue la financiación con carácter retroactivo? ¿Obligar al profesorado de matemáticas a firmar que estaba enterado de todo esto ya en septiembre y con esto obligarle a cometer prevaricación y falsedad documental? Además, para que se paguen completos estos fondos el “sellito UE” debería estar en todos los documentos del curso, incluso los de actividades ya realizadas. ¿Tendremos ahora que incorporar nuestra firma a exámenes e informes previos a la imposición de esta norma?
Incluyamos la ingente cantidad de burocracia que se va a generar para controlar todo esto y veremos en qué nos gastamos el dinero que sustraemos de las necesidades reales de los centros y de la formación del alumnado. El profesorado y la sociedad en general estamos ya hartos. Hay que parar la LOMCE, una ley chapucera, sin financiación, con itinerarios educativos segregadores y que son un fracaso (como la FP Básica), con pruebas externas carísimas e inútiles (como el millón y medio de euros que costará la prueba de 6º de primaria) y que además nos puede poner ahora en la tesitura de tener que delinquir, si desde la Administración nos solicitan que cometamos falsedad documental.