Inclusión sí, pero sin cerrar los CEE
Se está ya tramitando, la ley de inclusión educativa que supondrá un cambio de paradigma, respecto a lo que hasta ahora hemos entendido por educación especial.
El cambio más grande que propone esta nueva ley es que los centros ordinarios atiendan a todo el alumnado al que los Centros Específicos de Educación Especial presta atención ahora mismo, principalmente alumnado con discapacidad intelectual. Todo ello, a raíz de que la ONU ha llamado la atención al Estado Español por segregar a las personas con discapacidad intelectual seguir un itinerario educativo diferente, con un acceso al mercado de trabajo distinto, y, en definitiva, al tener unas condiciones de vida diferentes, normalmente ligadas a una institución asistencial. Esta ley nace con el espíritu de superar la discriminación que sufren estas personas.
Sin embargo, desde la realidad, para que esto sea posible habría que llevar a cabo fuertes cambios en el sistema educativo, tanto a nivel organizativo como formativo, acompañados de una mayor dotación económica para que esta ley se haga realidad. Por eso, desde CGT proponemos que para que los centros denominados ordinarios puedan llevar a cabo una adecuada inclusión son necesarias las siguientes medidas:
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Una mayor dotación de personal preparado para atender a este alumnado. Tanto profesorado (PT, AL, Compensatoria…) como otros profesionales (Ates, fisioterapeutas, personal de enfermería…).
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Adecuación física de muchos centros para superar las barreras arquitectónicas (rampas, ascensores, baños adaptados, señalización adaptada etc.).
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Formación para todo el profesorado en discapacidad intelectual.
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Plan de actuación de todos los centros para la atención de este alumnado implicando a toda la comunidad educativa, orientados a la creación de entornos reales de inclusión.
Al menos para empezar… Pero no olvidemos por qué este alumnado está en los Centros de Educación Especial. Principalmente porque en los centros educativos ordinarios no se ha sabido dar respuesta adecuada, y porque muchos de est@s nin@s han sufrido en dichos centros discriminación por sentirse diferentes. ¿Va a cambiar esta situación por pasar a todo el alumnado que actualmente acude a C.E.E. a los centros ordinarios? (Unos 37.000 en nuestro Estado).
Desde CGT abogamos por la prudencia y siendo conscientes de la gran división que este tema produce en las familias y el profesorado, apostamos por la inclusión pero sin que de ninguna manera esto suponga cerrar los Centros de Educación Especial, dando la posibilidad para que las familias elijan donde quieren que sus hij@s estén escolarizados.
Además, desde el punto de vista de las condiciones laborales, de llevarse a cabo este proceso, exigimos:
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La creación de nuevas plazas docentes (al menos un tercio a mayores) de las existentes actualmente de docentes con especialidad de PT, AL y Compensatoria para cubrir todos los centros de Castilla y León, eliminando las itinerancias
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La creación de nuevas plazas de otro personal que ha de atender tanto a este alumnado como a otros dentro de los centros (Ates, Enfermería, Fisioterapeutas, Orientadores, etc). Restringiendo al máximo las itinerancias.
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La acogida de este alumnado también en los centros concertados y privados ordinarios para no crear una brecha mayor entre el tipo de alumnado que es atendido en la escuela pública y en la privada.
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Y por supuesto, la no destrucción de ninguna plaza derivada de dicho proceso.
Los Centros de Educación Especial han de ser centros flexibles desde donde el alumnado pueda incorporarse a los centros ordinarios o retornar, si así lo desea. Serán un termómetro que medirá el grado de integración de este alumnado. Si en ellos hay poco alumnado será un reflejo de que dicha ley funciona. Por supuesto esta decisión ha de ser libre, y sin imposiciones.