Movilización Antimilitarista – Guerra a la Guerra
SÁBADO 31 – Concentración a las 13:00 plaza de San Juan - Burgos
Convocan CGT-Burgos y CNT-Burgos
31 de mayo: día de las fuerzas armadas, día de exaltación de la patria y el militarismo.
31 de mayo: escucharemos a medios e instituciones hablar hasta la náusea de defensa, de orgullo y de patria.
No oiremos hablar de “guerra”, “invasión”, “imperialismo” o “colonialismo”, y es seguro que no mencionarán términos como “bombardeo”, “destrucción”, “masacre”, “genocidio” o “inocentes asesinados”.
Vivimos tiempos de neolengua y eufemismos, y se hace necesario el uso de términos como “defensa” o “mejora tecnológica”, porque hablar de “escalada bélica” o “carrera armamentística” le jode el discurso a quienes pretenden venderse como “el gobierno más progresista de la historia”, defensor de la igualdad, la justicia y los derechos humanos.
Es necesario recurrir al eufemismo, la mentira, el miedo y el odio para justificar por qué lo que se escatima en garantizar el derecho a la vivienda, la sanidad, la educación y las pensiones se gasta en bombas, misiles, municiones, armas y soldados, en destrucción, en muerte y en dolor.
Porque nada tiene de obrero, de socialista o de progresista el precarizar servicios públicos y derechos para invertir en guerra y apostar por la muerte. Porque nada tiene de humano siquiera hacerlo asociándose con genocidas con las manos llenas de sangre de niños y civiles desarmados.
El capitalismo ya no puede ofrecer otra cosa que la guerra como forma de escapar de sus propias contradicciones; es una carrera hacia el abismo.
Desde el 2014 hasta ahora, la Unión Europea ha cuadruplicado su inversión bélica, y el gasto conjunto de la OTAN es actualmente 14 veces el de Rusia. Sin embargo, esto no ha contribuido a la seguridad ni nos ha alejado de posibles enfrentamientos, sino que, al contrario, no han dejado de aumentar las tensiones políticas, el crecimiento del clima bélico y el inicio de nuevas masacres en todos los continentes. Aun así insisten en aumentar aún más la inversión en la industria de la guerra: los 800.000 millones anunciados por la Unión Europea ya se quedan cortos ante el nuevo horizonte de la OTAN de aumentar la inversión bélica al 5% del PIB.
Predican voces agoreras que la guerra ya está aquí, y no les falta verdad: es a solo 20 kilómetros de aquí, en el Páramo de Masa donde ahora mismo se fabrican los explosivos que arrasan ciudades y sesgan vidas de inocentes en docenas de países. Es aquí, en Burgos, donde la patronal ya se congratula de los pingües beneficios que ofrece esta escalada bélica. Es de nuestro trabajo de donde sale el dinero para financiar su guerra.
Es desde aquí desde donde se debe parar la guerra.
La salida de esta carrera hacia la destrucción mutua pasa por adoptar medidas que hagan imposibles las condiciones necesarias para la guerra.
Exigimos:
-Bloqueo comercial total a los estados agresores y cómplices
-Bloqueo del tráfico de armas y municiones.
-Congelación de los capitales de oligarcas y multinacionales que posibilitan la continuidad de la guerra.
-Apostar por la diplomacia y la negociación; no por los misiles y la imposición de la paz de los cementerios, -Frenar la inversión en industria militar e invertir en industria civil, servicios públicos: sanidad, educación, vivienda, pensiones, etc.
Proponemos:
-Boicot a la industria de guerra en todas sus etapas.
-Acciones de Boicot, Desinversión y Sanción contra los estados y empresas que financian y colaboran con la escalada bélica.
-Insumisión fiscal.
-Movilización y lucha.
Vamos a continuar señalando esta carrera armamentística, a sus artífices y a sus cómplices, vamos a intensificar la movilización y la lucha en las calles, en los barrios y en los lugares de trabajo. Vamos a llevar la lucha hasta donde haga falta para frenar esta nueva aventura de la OTAN que, una vez más, arroja a la muerte a los hijos de la clase trabajadora, a civiles y a inocentes solo por el beneficio de los parásitos que viven de nuestro sudor.
No vamos a participar en su guerra, no vamos a permitir que nos hagan cómplices: No en nuestro nombre.
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