Y GAROÑA CERRO

El Sindicato Único de Burgos de la CGT regresa de las semanas estivales con la alegría se saber que una de las mas graves amenazas que debíamos soportar, empieza desaparecer: la central nuclear de Santa María de Garoña cierra definitivamente sus puertas. Tras años, en las que veníamos exigiendo, movilizando e informando, ahora esa dinámica y experiencia debe seguir en píe, pues las las personas y el territorio seguirán siendo codiciadas y expoliadas por el sistema depredador que soportamos.

A continuación reproducimos el comunicado de las compas de Ecologistas en Acción, el cual suscribimos en su integridad. Ánimo, no faltarán marchas en las que volvamos a coincidir en luchas y esperanzas.

Tras cuatro años y medio de incertidumbre, el buen sentido se ha impuesto. Según Ecologistas en Acción y el Movimiento Ibérico Antinuclear (MIA), la negativa del permiso de funcionamiento a Garoña pone fin a un largo proceso plagado de oscurantismo, falta de democracia y de decisiones controvertidas del Gobierno y del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN). Como afirma Francisco Castejón, portavoz de la organización ecologista y coordinador del MIA, “Garoña ha servido para abrir el camino a la prolongación del funcionamiento del resto del parque nuclear español”.

La no concesión del permiso a Garoña pone fin a un largo y tortuosos proceso político y económico donde, para Ecologistas en Acción, esta central ha sido usada como rehén por las eléctricas frente al Gobierno del PP. "Ha sido usada también como instrumento para modificar de manera importante la legislación y los reglamentos para prolongar el funcionamiento del parque nuclear español", afirma Castejón.

La paralización voluntaria y unilateral de la central en diciembre de 2012 fue clave en este proceso pues mostró que Garoña era prescindible y que incluso sus propietarios estaban dispuestos a mantenerla parada. Desde aquel momento hasta hoy, el CSN ha emitido varios informes a favor de Garoña, lo que ha motivado incluso el cambio del Reglamento de Instalaciones Nucleares y Radiactivas (RINR), clave para la seguridad nuclear. Con esto, el CSN ha sufrido un grave daño a su reputación.

Para Francisco Castejón, “la petición de cierre es un clamor social y político. Los parlamentos español, vasco, riojano y aragonés han pedido el cierre definitivo de la central, y las sociedad española está también a favor de esta medida. Garoña es peligrosa y prescindible y ni siquiera sus propietarios quieren reabrirla”.

Garoña ha supuesto un precedente en los informes favorables del CSN y en la nueva reglamentación aprobada por ese organismo para prolongar el funcionamiento del parque nuclear español hasta los 60 años de funcionamiento. Se han aprobado varias Especificaciones Técnicas de Funcionamiento (ETF) en ese sentido, se ha flexibilizado el procedimiento de cese de explotación mediante la modificación del RINR y se ha informado favorablemente el funcionamiento de una central hasta los 60 años.

En palabras de Castejón, “lo más importante es que las personas y el medioambiente nos vemos libres de esta amenaza. Esperemos ver cómo se va cerrando el resto del parque nuclear”.