No nos mata el calor, nos mata el capitalismo

No nos mata el calor

La sumisión al Sistema capitalista, el avance de la extrema derecha, la corrupción política a todos los niveles, la aplicación diaria de la ley mordaza para reprimir a aquellas personas que luchan día a día, aumentos s de los precios de los productos básicos, la vivienda… ¡y la calle no arde! Mejor dicho, no arde por lo que debería de arder.

La calle arde debido al impacto generado por la sobreexplotación a la que sometemos al planeta y que se transforma en un cambio climático cada vez más notorio: nos encontramos con nuevas olas de calor con la aproximación de las fechas veraniegas, un calor cada vez más asfixiante que cada vez afecta más a nuestra vida. El verano pasado fue devastador.

Durante las fuertes olas de calor fueron varias las personas que perdieron la vida mientras realizaban su trabajo bajo el impacto directo de las elevadas temperaturas que se llegaron a alcanzar. Algunos de estos accidentes podían haberse evitado si se hubiesen aplicado las medidas de protección adecuadas, pero, de nuevo, patronal y Gobiernos se dedicaron más a culparse entre ellos que a hacer cumplir las medidas necesarias para intentar impedir esos "desgraciados accidentes".

Para estos nuevos meses de calor, se ha sacado medidas en materia de prevención que, supuestamente, tratarán de que las olas de calor no afecten directamente a las personas que por motivos de su trabajo estén directamente expuestas a altas temperaturas. Dichas medidas hacen que de nuevo seamos los trabajadores y trabajadoras quienes tenemos que pagar las consecuencias —esta vez de las altas temperaturas— dejando a merced del empresario de turno la forma de recuperación de las horas de trabajo que se dejen de trabajar por alcanzar ciertas temperaturas.

Frente a esto, es importante que el conjunto de la clase trabajadora sepa que hay leyes que le protegen directamente de situaciones como las que se pueden vivir en ciertos trabajos durante las horas de calor, que hay leyes que permiten que sea el propio trabajador o trabajadora quien tome la primera medida preventiva sin que tenga que estar pendiente de las decisiones del jefe inmediato aplicando el sentido común que les falta a quienes sólo miran por el negocio o la productividad. La primera obligación y el primer deber que tiene toda persona trabajadora es conocer sus derechos y, sobre todo, tiene la obligación de proteger su vida. Parte de la sociedad se pasa media vida leyendo libros de autoayuda con los que busca solucionar los problemas y situaciones que se les plantean mientras que la mejor autoayuda posible para uno mismo es defender sus propios derechos, conocer a fondo su convenio colectivo o la ley de prevención de riesgos laborales y hacer que se cumplan.

hay leyes que permiten que sea el propio trabajador o trabajadora quien tome la primera medida preventiva

presentacion campaña no nos mata el calor nos mata el capitalismo

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